domingo, 13 de junio de 2010

ETAPA 9. DE NAVARRETE A NÁJERA


[…] El
río Najerilla traza una línea que divide la ciudad de Nájera en dos partes. A grandes rasgos podríamos decir que separa el casco antiguo, en el que se encuentra el formidable monasterio de Sta. María la Real, donde las cigüeñas se pelean por encontrar un sitio en su tejado, y la ciudad nueva, con algo menos de solera pero con esa atmósfera a pueblo jacobeo que ha ido impregnando el Camino por toda la ruta. […]


Después de, como de costumbre, acabar con las
tareas de peregrino: instalarse, lavar la ropa y las botas, darse una buena ducha y charlar con el vecino sobre la etapa del día, me he ido a la ribera del río y he pasado el resto de la tarde labrando en el trozo de madera que me dio Pablito en Azqueta.

A media tarde
he acabado los últimos detalles de la vieira, y aunque fuera de contexto a uno le pueda parecer una concha más, he quedado bastante contento con el resultado (no tanto mis pulgares llenos de cortes que tardarán unos cuantos días en curarse). Me he dirigido a la ciudad nueva, donde en una ferretería me he encontrado a Fermín, quien con sumo cuidado, le ha hecho un agujero. De vuelta al albergue he conseguido un trozo de cuero negro de una peregrina que ha puesto el broche final a la titánica obra de ingeniería. Minutos después lucía junto al resto de abalorios de mi cuello, que no son pocos.


[…] En el albergue, he conocido a
Felipe, Amparo, José Luis, Carmen y Lucia. Viajan desde Navarrete juntos y parecen ser un buen equipo con el que continuar la aventura. Hemos cenado juntos y antes de que cayese el Sol hemos ido a visitar Cerro Molino, unas cuevas excavadas en la montaña formadas por un entramado de madera y adobe y que dieron cobijo a los celtiberos durante la Edad de Hierro. No hemos podido entrar ya que estaban cerradas a los turistas por motivos de seguridad, pero la información del folleto de la ciudad nos ha venido bastante bien para hacernos una idea y para rellenar un par de líneas más. […]

[…] Al caer el Sol, una tontería ha llevado a la otra y lo que ha comenzado siendo un
campeonato de carreras de sacos, inducido probablemente por el vino riojano, se ha convertido en una noche a la intemperie a la orilla del Najerilla donde unos cuantos hemos pasado una de las noches más frías que recuerdo.


(foto 1: río Najerilla a su paso por la ciudad de Nájera)

(foto 2: lo que puede dar de sí la paciencia)
(foto 3: semifinales de la carrera de sacos)



3 comentarios:

  1. Enhorabuena por el trabajo, ¡y por el viaje! :-)

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  2. ¡Gracias! Como podrás ver, el tema de publicar está siendo algo más complicado de lo que pensaba, rara vez hay buenas conexiones, pero cuando las hay, publico a granel :) Un abrazo.

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  3. Vaya... has acabado la Vieira... Enhorabuena! aunque tengo que reseñar que las ondulaciones son en toda la concha, no solo en su borde... jaja
    Mis fotos de la calle Portales son de noche y no muy enfocadas, asi que ya me pasarás las tuyas!

    PD: como regaderas estáis... noche a la intemperie??? seguro que la brillante idea fue tuya y todo... ainnnsss!!!

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